Ha sido siempre costumbre de nuestra hermandad realizar y adorar al Santísimo en su festividad, intentando poner todo lo que esté a nuestro alcance: participación en el Tríduo Eucarístico, montaje de altares efímeros para la ocasión, participación en la procesión con cera, …. Costumbre que seguimos manteniendo, alimentando y engrandeciendo.

Este año, debido al cambio de sede, se ha instalado un magnífico y vistoso altar en la cercana calle Menéndez Pelayo, en la pared del salón parroquial que, como todo el mundo sabe, dista unos escasos metros de nuestra casa hermandad. Como de costumbre se intenta que esté presente en el altar algún titular, casi siempre ha sido San Miguel. En esta ocasión, y como se puede apreciar en las fotos, los equipos de priostía y mayordomía,  junto a un numeroso grupo de colaboradores, han tenido a bien montar un altar donde estén presentes nuestros tres titulares. Así en el centro y sobre columna dorado se montó un viril con ráfaga que representa a Cristo Sacramentado hecho Eucaristía, acompañando de la magnífica talla de la Inmaculada Concepción, de Alonso Cano, y de la no menos artística talla de San Miguel Arcángel.

Un acertadísmo exorno floral y la colocación de ángeles custodios en las ventanas del citado salón parroquial, remató ese magnífico altar que ha causado sensación en el mundo cofrade local.

Al paso de Su Divina Majestad se encendieron los turíferos con el característico e inconfundible incienso de nuestra corporación, se hicieron soñar, a modo de convocatoria y respeto, las campañas que abre nuestra cofradía en la tarde noche del Viernes Santo y se organizó una vistosísima petalada.  Todo este provocó que nuestra hermandad, en la persona del  hermano mayor,  recogiera todo tipo de felicitaciones durante la toda la jornada y en el cortejo de la procesión. Es de destacar el agradecimiento que nos hizo la Hermandad Sacramental por el esfuerzo de nuestra cofradía en engrandecer esta festividad.

En definitiva una feliz, fraternal y participativa jornada.